Al menos 88 personas murieron en Bangladesh y el este de India por el paso de un ciclón, el más devastador de los últimos 20 años, que arrancó árboles y miles de casas y obligó a millones de personas a refugiarse, en plena pandemia del coronavirus.
Pese a los daños considerables que causó el ciclón, el más potente que se haya formado en el Golfo de Bengala en lo que va de siglo, parece que Amphan no causó tantas víctimas mortales como se temía en un principio.
Los dos países de Asia, acostumbrados a la gestión de ciclones y con unos sistemas de vigilancia meteorológica eficaces, decidieron evacuar de forma preventiva a tres millones de personas a refugios de emergencia.
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